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Leonidas Montes: “Boric es cautivo de una coalición que es difícil de administrar”

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Leonidas Montes: “Boric es cautivo de una coalición que es difícil de administrar”

Antes de la cuenta pública del Presidente Boric, el director del CEP dice que el mandatario “tiene la fama, pero todavía tiene que alcanzar la gloria. Si logra mover la reforma al sistema político, la agenda de seguridad y atraer la inversión, alcanzará la gloria. Ahora: ¿va a hacer ese giro?”.

En una oficina repleta de libros y con una fotografía enmarcada de Nicanor Parra destacando en la pared, Leonidas Montes, director del Centro de Estudios Públicos (CEP) desde 2018, cuenta que tras años centrados en el proceso constitucional, ha reorientado el trabajo del CEP hacia áreas como las políticas públicas, la economía, la educación, la salud y la cultura. “Hemos sumado la inteligencia artificial, aplicándola a temas de inmigración y brechas de género”, comenta.

Ingeniero industrial, licenciado en Filosofía, doctor en Economía y hombre de letras, Montes es autor del ensayo «Adam Smith en Contexto» (Editorial Tecnos, 2017), elogiado por Vernon Smith, Premio Nobel de Economía 2002.

Aficionado a la poesía chilena, cuando le pregunto qué obra de Nicanor Parra debería citar el Presidente Boric en la Cuenta Pública de mañana, sugiere: “Una buena lección es recordar el poema «Epitafio», en el que dice que el hombre es un embutido de ángel y bestia. Yo creo que eso es cierto. La naturaleza humana ideal, como quieren creerla muchos jóvenes hoy en día, es algo que no existe”.

Escéptico intelectualmente, pero optimista por naturaleza, dice que a pesar del sesgo ideológico antiempresarial de cierta parte del Gobierno, el Presidente todavía tiene la oportunidad de dejar una herencia si se enfoca en reformas concretas.

“El discurso de la normalidad me parece curioso”

– Carlos Peña dijo que el proyecto político de Gabriel Boric fracasó. Cito: “El Presidente debiera poner el acento en la dimensión cultural de las transformaciones de Chile, donde es, ahí sí, un buen intérprete”. ¿Debería el Gobierno limitarse solo a administrar en los próximos dos años que le quedan?

Hay que distinguir entre administrar y gestionar. Administrar es delegar. Y lo que necesita el país es gestionar. O sea, tener un foco en ciertos objetivos con resultados. Yo creo que el Presidente es un gran orador, pero no lo veo como el vocero de ese discurso de transformación cultural, porque eso que prometían fracasó con la Convención. Todas esas palabras quedaron en el éter.

– Escribiste una columna en la que decías que te gustaba el Presidente que leía poesía, pero no que actuaba como poeta.

Nosotros no queremos filósofos reyes gobernándonos. El oficio de la política tiene que ver con la administración y la gestión. La poesía, creo, nunca ha dado buenos resultados en la política; ni siquiera me imagino a Dante gobernándonos. Prefiero ver a alguien, efectivamente, leyendo poesía, pero no haciendo poesía a través de la política. En cierto sentido, el fracaso de la propuesta de Apruebo Dignidad quedó en eso: fue un acto poético. Me encanta que al Presidente le guste la poesía, pero prefiero que no haga poesía al gestionar.

– El Presidente Boric dijo en marzo que el país está mejor que hace dos años. ¿Crees que es así o ves una suerte de desconexión con la realidad en su diagnóstico?

Chuta, creo que estaríamos en una situación aún peor si hubiera triunfado esa loca constitución que promovían, la cual, recordemos, era parte del programa de Gobierno. Ahora, es cierto que estamos mejor, pero es porque la sociedad ha obligado a que se produzca un cambio cultural importante.

– ¿Y para estos dos años que le quedan al Gobierno, percibes alguna estrategia política definida?

Yo creo que vale la pena recordar lo que dijo el Presidente en la cuenta pasada. Que había que reordenar las prioridades, ceder y lograr acuerdos. Los objetivos están a la vista: la reforma al sistema político, el crecimiento y la seguridad. Esos son los grandes desafíos que tiene este Gobierno.

– La reforma al sistema político es importante, pero el Gobierno pareciera no considerarla prioritaria. Hace poco apareció la propuesta de la condonación del CAE.

Por supuesto hay casos y se podrán ver algunas excepciones. Pero en términos de política pública, el sistema que tenemos es muy responsable. Y si tú lo piensas desde el punto de vista de las prioridades, incluso dentro de la educación, oye, pongamos el foco en educación parvularia y en educación escolar donde tenemos tremendos problemas. ¡Y vamos a subsidiar como país a los profesionales! La coalición del Gobierno del Presidente quiere proponer un perdonazo que significa más de tres puntos del PIB. A mí me parece irresponsable.

– El Gobierno le sigue haciendo guiños a su base electoral, pero la preocupación de las personas son la delincuencia, el narcotráfico y la violencia. ¿El discurso de normalidad que pregonó el Gobierno frente a la crisis de seguridad se desmoronó con el crimen de los tres carabineros en Cañete?

A mí el discurso de la normalidad me parece curioso. Porque es como un laissez faire. El país quiere mejorar. Esta normalidad, cómoda y conformista, no me parece un buen discurso. Es casi como el neoliberalismo. Mantengamos todo tal cual. Yo creo que ya pasó el tiempo del aprendizaje del Gobierno. Ahora lo que se necesita son acciones. Gestión, resultados; no sólo palabras o promesas.

– Si se miden las promesas de este Gobierno desde que asumió, el balance es deficiente. Se han cumplido un par de propuestas como la jornada de 40 horas o el aumento del sueldo mínimo. ¿Qué debería hacer el Presidente con las reformas a la salud y pensiones, teniendo en cuenta que no tiene como llevarlas a cabo?

A salud se le dio oxígeno. Yo creo que se necesitan propuestas con reglas para retomar el crecimiento y atraer la inversión. Eso es lo más importante. Lo de pensiones (…) lo irónico es que Boric llegó al Gobierno prometiendo que Chile sería la tumba del neoliberalismo. Y hoy día pareciera que vuelve a ser la cuna del neoliberalismo. Porque si piensas en el debate de las pensiones, hoy día el discurso de “la platita es mía” es mucho más fuerte. Y esto ha calado muy hondo en la ciudadanía. Entonces pareciera, y estas son las ironías de la historia, que, de alguna manera la mano invisible ha hecho de las suyas en este último tiempo. Y eso hace muy difícil al Presidente Boric enfrentar lo que queda con una coalición como Apruebo Dignidad, que básicamente es el Frente Amplio, con sectores más radicales y el Partido Comunista. Nuestro Presidente es cautivo de una coalición que es difícil de administrar.

“El FA tiene un problema: es demasiado amplio”

– A veces en las cuentas públicas se cuelan anuncios inesperados. Por ejemplo, el Presidente Piñera hizo el anuncio del matrimonio igualitario. ¿Boric podría hacer algo similar?

Ahora se usa mucho el término habitar. Una cosa es habitar el cargo de la Presidencia y otra cosa es ser digno de ella. Cómo pasa a la historia y cuál va a ser su legado, dependerá en buena forma de ese mensaje que envíe el Presidente. Si quiere pasar a la historia como el que lideró las 40 horas o el sueldo mínimo, no creo que eso sea suficiente para alcanzar un lugar meritorio como el que alcanzó Piñera. Entonces el Presidente tiene un desafío. Él tiene la fama, pero todavía tiene que alcanzar la gloria. Si logra mover adelante la reforma al sistema político, la agenda de seguridad, el crecimiento y atraer la inversión, alcanzará la gloria. Ahora: ¿va a hacer ese giro? ¿Quiere gobernar para su 30% o para la mayoría de los chilenos?

– Eso me obliga a preguntarte sobre las contradicciones vitales de este Gobierno. ¿A qué alma pertenece?

El síndrome hamletiano ha sido su permanente dilema, su contradicción vital, el ser o no ser. Como diría Hamlet, esa es la cuestión, y no ha logrado resolverla. El Frente Amplio tiene un problema: es demasiado amplio. Y el Partido Comunista tiene una agenda muy clara.

– Armando Uribe decía en una entrevista que las palabras Frente y Amplio no significan nada: son un globo.

Claro, puede ser un globo. Ojalá que no sea una burbuja y se pinche. Ese es el gran problema que tiene Boric hoy. Y basta ver cómo cambió este Gobierno. Estamos mejor hoy día, sin lugar a dudas. Pero estamos mejor porque ellos están sentados en la misma mesa que la exConcertación. Las fuerzas de Apruebo Dignidad, en términos de peso político, han ido disminuyendo en influencia, pero no han ido disminuyendo porque el Presidente Boric lo haya querido, sino porque la sociedad lo ha ido exigiendo.

– ¿Cómo calificas el desempeño del Gobierno en materia económica?

Mediocre porque no nos podemos conformar con un crecimiento del 2%. Probablemente el próximo año vamos a llegar al 3%. Eso es real, pero el crecimiento potencial es bueno y la verdad es que, sin reformas, no vamos a salir de la trampa del ingreso medio en el que empezamos a caer hace 10 años. Y es dramático porque sin crecimiento no hay bienestar. No hay mejores pensiones, no hay mejor educación, no hay mejor salud. Es imperativo recuperar la importancia del crecimiento económico y atraer nuevamente a la inversión. Y eso se logra con recetas conocidas. Cuando vino Felipe González hizo un comentario que es muy cierto: dijo que “sin seguridad no hay libertad”. Pero sin crecimiento no hay bienestar. Y yo creo que eso es algo que hemos perdido. El bienestar como calidad de vida. Tenemos que recuperar esa tradición porque existe este infantilismo de ver el crecimiento económico como vinculado a lo material y al lucro.

– ¿A qué atribuyes esa simplificación?

Yo creo que es moda, ignorancia y desconocimiento de lo que es la tradición liberal, etiquetando distintas cosas para simplificar la realidad. Todo es más complejo. Entonces este afán por caricaturizar o hablar incluso de neoliberalismo, yo creo que no ayuda. Pero hay que reconocerle a este Gobierno que ya está en el ambiente el concepto de la permisología. Esto no es algo que afecte solo a los grandes empresarios, no, nos afecta a todos. La gente se da cuenta de lo que significa montar un pequeño negocio y obtener un permiso. Y ojalá que podamos aprovechar ese viento de cola. Los ministros Marcel y Grau puedan llevar adelante pequeñas reformas de gestión para permitir que vuelva la inversión. Eso es clave.

– El Presidente de la CPC, Ricardo Mewes, dijo que “hay un sesgo ideológico antiempresarial de una parte del Gobierno. ¿Estás de acuerdo?

Es evidente. Hay gente de la coalición de Gobierno que todavía sigue con el discurso del lucro, que cree que hay que condonar el CAE, que tiene que ser universal, aunque esto perjudique a los que seriamente han intentado pagar en condiciones muy favorables. Entonces me parece evidente que hay un sentimiento no solo antiempresa, sino que yo diría de antiemprendimiento en general.

– ¿Qué opinas del acuerdo que alcanzó el Gobierno con SQM?

Después de dos años: ¿se han hecho cosas con el litio? Sí. Hemos administrado el litio, pero no lo hemos gestionado. ¿Dónde están los resultados? ¿Por qué el capricho de mantener el control estatal en una industria que está boyante en todo el mundo y nosotros nos quedamos atrás? Codelco tiene suficientes problemas y le endosamos la responsabilidad de meterse en un tema en el que no tiene experiencia. ¿Por qué? Sólo porque el Estado debería ser el que controla esto. En un momento Soquimich dio ingentes recursos a través de impuestos por la gestión del litio. A mí me da un poco de pena. Pasó ese momento en que pudimos haber hecho grandes cosas con el litio. Es difícil entenderlo.

– ¿Cómo analizas la gestión en la reconstrucción de Valparaíso y Viña del Mar?

Uf, a mí me parece que son muy malas noticias. El Estado simplemente no llegó.

– El horizonte del Gobierno no es prometedor. ¿Piensas que el Gobierno ha caído en la irrelevancia?

Yo creo que el programa de Gobierno se acabó en el primer año con el «Rechazo». Y esto tiene que ver con que, de alguna manera, pareciera que los gobernantes no conocían a la sociedad chilena. Que había cierta distancia o desconexión. Entonces, si lo que viene es poco promisorio, yo creo que eso partió con el «Rechazo». Ahora, el Presidente tiene una oportunidad porque tiene que articular su legado y ver cómo va a quedar en la historia. ¿Cómo alcanza la gloria? O sea, si es por las 40 horas sería un poco triste. Pero si logra ser el Gobierno que empujó una reforma al sistema político, que logró atraer nuevamente el crecimiento y la inversión, que facilitó de alguna manera la permisología, puede dejar un gran legado.