Nº 221, marzo 2000.
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Seguro de desempleo: análisis y propuesta

Fernando Coloma.

El recién asumido presidente Ricardo Lagos ha manifestado su firme voluntad de enviar a la brevedad un proyecto de seguro de desempleo al Congreso, insistiéndose así en un tema que ha estado en la discusión pública desde los tiempos del ex presidente Aylwin. Los detalles de esta nueva iniciativa se desconocen, pero a juzgar el tenor de las declaraciones de diversos personeros de gobierno, ésta tendría muchos elementos comunes con el proyecto PROTRAC enviado por el ex presidente Frei al Congreso durante 1997, por lo cual parece atingente hacer algunas reflexiones en torno a él y a algunas opciones que pueden surgir.

  • Los sistemas de seguros de desempleo tradicionales han fracasado en Europa. De ahí, sin embargo, no se desprende que se deba abandonar la idea de construir una opción de seguro bien disciplinado.
  • Esta alternativa es, en general, superior a un mecanismo de ahorro forzoso, como es el PROTRAC. El ahorro forzoso es ineficiente (de alto costo) para eventos como el desempleo que son de naturaleza probabilística.
  • Una opción de seguro desempleo viable pasa por crear un sistema mixto en que parte del período de cesantía se financie con las indemnizaciones por años de servicio y otra parte con un seguro, propiamente tal, manejado por compañías aseguradoras privadas. En concreto, podría ¡mplementarse un sistema en que aquellos despedidos, cuya indemnización no alcance para cubrir un período de cesantía de cinco meses, sean elegibles para recibir los beneficios de un seguro de cesantía si su tiempo de desempleo efectivo excede al que sus indemnizaciones les permitan cubrir.
  • Un sistema de esta naturaleza inhibiría significativamente los comportamientos abusivos que podrían concebir empleadores y trabajadores para defraudar el sistema de seguro. Bajo esta propuesta, el empleador siempre tendría un costo de despedir – la s indemnizaciones- lo que encarece cualquier maniobra concertada que pudiera urdirse. Por su parte, el trabajador despedido, y eventual cesante, tendría en un primer momento un fuerte incentivo a buscar rápidamente empleo, porque mientras más se demore en encontrar trabajo más le disminuye la renta asociada a las indemnizaciones. Lo interesante es que al recibir las indemnizaciones de una sola vez al momento del despido, éstas operan como un deducible al régimen de seguro de cesantía.
  • El PROTRAC no garantiza el financiamiento de un período de cesantía determinado, más aún si se tiene en cuenta que hay incentivos a mantener bajos saldos promedios en la cuenta de ahorro individual. Ello podría generar un cuestionamiento al proyecto como un todo y provocaría presiones políticas para el aumento del apoyo estatal.