«Un duro test para ella». Así define Harald Beyer, director del Centro de Estudios Públicos (CEP), lo que deberá enfrentar a partir de hoy, tras su regreso de vacaciones, la Presidenta Michelle Bachelet por el caso Caval, en que está involucrado directamente su hijo Sebastián Dávalos.
A su juicio, este episodio golpea la agenda refundacional y el discurso del Gobierno, y ya se perdió una oportunidad al no ser la mandataria la que, en un acto presidencial, cesara en su cargo a Dávalos. Por eso es tan importante cómo se conduzca ahora, sobre todo porque aquí hay un cuestionamiento directo a ella. ”Si bien a lo mejor este negocio específico no lo conocía”, si sabía a lo que se dedicaban su nuera y su hijo, y por lo tanto hubo una falta de criterio al nombrarlo a la cabeza de la Dirección Sociocultural, plantea Beyer.
¿Cuál es su lectura del caso Caval?
Al Gobierno le tocó esto en un momento de relativa debilidad. Su primer año partió con altas expectativas y con alta popularidad, pero eso se fue diluyendo en el tiempo. Hoy el número de personas que desaprueba al Gobierno es mucho más que el que lo aprueba. Eso, más allá que en las últimas semanas de enero como que se afirmó, en el sentido que logró pasar una agenda ambiciosa en el Congreso. Pero desde el punto de vista de la población, sigue existiendo más rechazo que aprobación a sus reformas. Entonces, este caso es muy complejo porque no lo pilla en un momento particularmente fuerte y porque golpea la agenda refundacional y el discurso del Gobierno.
¿Cómo ha actuado el Gobierno frente al caso?
Yo creo que el Gobierno no supo actuar bien frente al caso. Ahora, fue tan sorpresivo que nadie puede pedir que se actúe en forma óptima, pero el Gobierno no lo ha despejado del todo y en ese sentido no es positivo el balance. Y no lo ha despejado del todo porque, por un lado, no ha tenido una respuesta clara frente al exocet que esto significa para el discurso y, por otra parte, tampoco ha despejado del todo que haya habido tráfico de influencia. Entonces las dudas quedaron y van a seguir persiguiendo al Gobierno, y va a depender mucho de cómo reacciona la Presidenta Bachelet ahora de vuelta de vacaciones. Esa es una gran incógnita. No sabemos lo que va a decir, ni lo que está pensando, y éste va a ser un test duro para ella. Ella tiene aquí una oportunidad, pero también un tremendo riesgo.
¿Cuál es la oportunidad?
La oportunidad es reafirmar bien su discurso. Ella cometió un error al nombrarlo a él en la Dirección Sociocultural. En su primer Gobierno optó por un nombramiento más profesional, pero ahora no sé por qué nombró a su hijo. A pesar de que el cargo era ad honorem, afecta todo el discurso de la meritocracia.
¿Y cuál es el riesgo?
El riesgo es que no salga bien de esto, porque va a estar, de alguna forma, confundida en sus roles. Por eso siempre es tan malo tener parientes en cargos importantes, aunque sean ad honorem.
Pero en origen, apenas se supo esto, ¿la Presidenta Bachelet actuó bien o debió haber encarado el tema de otra forma, pronunciándose por ejemplo, o volviendo de sus vacaciones?
Todo el mundo sostenía que era conveniente que Sebastián Dávalos renunciara, pero ella debió haber hecho un acto de autoridad, pedir ella la renuncia (de Dávalos) y producir ella el cambio.
¿Como señal?
Efectivamente, como señal habría sido mucho más poderosa que la renuncia de él. Decir: “porque yo lo nombré ahí, yo tengo que resolver este problema”. Pero eso no ocurrió y ahí ella perdió una oportunidad. Por eso hoy día todo el mundo está tan atento a su declaración, a qué es lo que va a decir. Pero si ella hubiese hablado…y ni siquiera eso, hubiese bastado con una firma en un comunicado donde dijera que le ha pedido la renuncia a su hijo porque le parece que aquí es conveniente separar aguas. Ni siquiera hubiese necesitado decir que era una imprudencia, eso dejarlo a la historia.
Pero el Gobierno originalmente no comprendió la gravedad de esto y ahí hay un error político. Tal vez pensando que estábamos en febrero, que era un acuerdo entre privados…., no vio -y eso es lo que llama la atención- la inconsistencia entre su propio discurso y lo que esto significaba. Eso lo aquilató tres o cuatro días después y ahí se apuró, pero se perdió la oportunidad de que la Presidenta hubiese hecho un acto presidencial propiamente tal.
¿Y cuánto entrampó esto al ministro del Interior y en qué pie deja al equipo político?
Dentro de sus responsabilidades creo que actuó bien. Ahora, tal vez mi crítica de que el Gobierno se demoró hay que hacérsela a él también, porque al final él era el jefe político en ese momento. Pero también uno entiende las tensiones y los factores que hay que equilibrar en una cuestión como ésta. Pero además hay la sensación de que el equipo político no es suficientemente autónomo de la Presidenta y eso indudablemente que lo minimiza un poco, lo desvaloriza. Algo parecido le pasó al Presidente Piñera, pero no le pasó al Presidente Lagos.
¿Dávalos cometió una ilegalidad, una falta ética, o una imprudencia y falta de juicio?
Creo que tiene una baja probabilidad de ser un delito, pero en todo caso es una imprudencia y eso, desde el punto de vista también del mensaje del Gobierno, es complejo, porque las condiciones de acceso no parecen haber sido las que tiene cualquier empresa, en las mismas circunstancias, con el mismo capital y con la misma trayectoria. Si eso es así, entonces la pregunta es: ¿sobre la base de qué se logra esto y se hace esta operación? Eso es lo que abre la duda, más allá de si es o no ilegal.
En ese contexto, ¿es factible que la Presidenta no tuviera conocimiento de esta transacción?
Puede ser, pero ella sí sabía que él se dedicaba a este tipo de negocios y que su nuera se dedicaba a este tipo de negocios. Por lo tanto, si bien a lo mejor este negocio específico no lo conocía, si conocía la actividad, la sociedad tiene una trayectoria. En gran medida por gentileza hacia ella nadie cuestionó en su momento que hubiese nombrado a su hijo en la División Sociocultural, pero hoy día esto reflota y muestra ahí una falta de criterio que indudablemente la perjudica también en sus atributos personales.
¿Hay un daño directo a ella?
Yo creo que sí. Además la gente empieza a hacer una evaluación más general: por qué Dávalos estaba donde estaba y por qué ella no controla….porque ella conocía la trayectoria de las actividades que realizaba su nuera, entonces por qué no se preocupó de controlar más. Siempre cuando está el Estado de por medio alguno de los negocios puede tener que ver con el Estado, entonces los países suelen poner blindajes muy grandes a esto y hay guías para las familias. Da la impresión que ella aquí no aplicó nada de estos criterios. Ahora ex post somos todos generales, pero la gente evalúa así, con la información que tiene en la mano y esa información la hace pensar que ella cometió algunas imprudencias que probablemente no es lo que se esperaba de ella.
¿Y ese daño puede ser permanente para ella, el Gobierno y la Nueva Mayoría?
En política no hay daños permanentes creo yo. Como decía el primer ministro británico Harold Wilson: “en política una semana es mucho tiempo”. Pero sí creo que ella se va a ver afectada en sus atributos personales y eso va a afectar al Gobierno. A lo largo de este primer año de mandato ha caído la aprobación del Gobierno, pero también han caído los atributos de ella. Si uno mira el set que mide Adimark, desde el momento más alto que fue en mayo-junio, hoy día ella está 13 puntos más abajo en promedio en todos sus atributos personales, que es una caída fuerte en 8 meses. Y esto la va a afectar más, van a caer esos atributos y hay una relación entre ellos y la aprobación del Gobierno. Ahora, si esto va a ser permanente o no, va a depender un poco de otros fenómenos. La gente no hace una evaluación por un solo criterio, sino que evalúa un conjunto. Lo que sí, va a estar muy atenta a lo que diga ella esta semana y va a depender un poco de cuáles sean sus siguientes pasos. Ella y el Gobierno no díría que están en un momento fácil.
¿Esa baja de 13 puntos a la que usted alude, muestra que la Presidenta ya no es la figura intocable que se pensaba?
Sí, yo creo que ella ya no es ese personaje incombustible. Pero de nuevo, puede volver a serlo. Aquí se aplica la máxima de Wilson. Pero en este momento ella demostró debilidad y con este caso se aumentó su riesgo.
¿Cree que esto empata a ojos de la ciudadanía lo que el caso Penta es a la derecha?
No, yo creo que se suma. La dos cosas son muy negativas y no creo que se produzca un empate. Todo lo contrario, la gente probablemente está reaccionando con una mezcla de indignación y sorpresa frente a estos eventos, y la sensación de que nuestros líderes están actuando con cierta impunidad. La sensación de que las oportunidades o que las ganancias se obtienen por variables que no son necesariamente el esfuerzo, el mérito, sino que por alguna otra que no está al alcance de todos, al final daña a todo el país.
¿Eso es lo más grave de todos estos casos?
A mí lo que más me preocupa de todo este escenario es que parece ser que hay muchas personas que actúan poco preocupadas de las consecuencias de sus actos, de las sanciones. Eso revela un problema de impunidad social, de impunidad legal, de falta de fiscalización, de falta de normas precisas respecto a cómo comportarse si estoy en el sector público, y eso indudablemente que transmite una imagen muy negativa para el país. Ello requiere de que de una vez por todas dejemos de pensar en una modernización del Estado muy de a poquito, sino que fortalezcamos los órganos fiscalizadores, demos más autonomía a los funcionarios públicos, menos nombramientos políticos. Me preocupa que no nos hemos tomado en serio el desafío que significa tener un buen Estado, buenas instituciones fiscalizadoras, un buen marco normativo en materia de conflicto de interés, de tráfico de influencias, de probidad en general. Estamos a años luz de los países más desarrollados en esto. En ese sentido, siempre me sorprende que Chile aparezca tan bien en estos indicadores de eficacia institucional o de Gobierno eficiente. Hay algo de eso indudablemente, pero todo lo del último tiempo ha revelado un vacío institucional muy grande y no veo el entusiasmo para abordar esto con fuerza.
Además de lo de Caval se abrió una nueva arista del caso Penta, relacionada con boletas a Soquimich que eventualmente podrían afectar a actores de la Nueva Mayoría. ¿Hablamos de irregularidades tranversales en el financiamiento de la política?
Siempre hay errores en todos los sectores, por lo tanto, a mí nunca me pareció plausible la tesis de que esto afectara a un sólo sector. Pero más allá de eso, lo que el país debe plantearse es cuáles son las instituciones que necesitamos para minimizar la probabilidad de que este tipo de cosas ocurran, porque conductas impropias hay en todo momento, en todos los sectores, en todos los grupos de la población. Y de nuevo, mayor fiscalización, sanciones más elevadas a quienes infringen estas reglas.
Estos últimos eventos, ¿le dan algo de aire y tiempo a la derecha para enfrentar su mal momento tras el caso Penta?
Pero eso no significa que ganen un espacio, porque al final es la ciudadanía la que da el espacio. Esto tal vez le resta autoridad moral al oficialismo, pero eso no le da autoridad a la Alianza, aquí los dos pierden. La ciudadanía es la que te va a dar el favor y para esa ciudadanía es importante que tú tomes acciones que sean costosas para ti y que la derecha no ha estado dispuesta a tomar. Entonces, la derecha no ha ganado nada respecto del favor popular.
¿Cuáles son esas acciones a tomar?
La oposición tiene tiempo, ese siempre ha sido mi planteamiento, pero necesita empezar a producir. Eso significa por un lado una propuesta al país, una agenda creíble que no la tiene, pero también acciones en materia de cómo se va a conducir a futuro. Por ejemplo, si la UDI dijera que todos los datos de financiamiento van a estar en tiempo real, más allá de que sea reservado, como ellos saben cuando llega la plata estarían informando sobre todos los candidatos en línea y la gente podría meterse. Ese es el tipo de cosas que uno esperaría de un partido que está cuestionado en ese ámbito, pero no he visto mucha diligencia en la materia. Yo creo que la derecha ha jugado en estas últimas semanas un poco al empate, en vez de ser más proactiva, y eso no le hace bien.
«Soy partidario que se despenalice el aborto, pero hay que precisar cosas»
El intenso debate a raíz del proyecto del Gobierno que busca despenalizar el aborto en tres causales también es materia de análisis para el director del CEP, por eso expone su visión, y aborda la polémica por la objeción de conciencia y cómo debe enfrentar el tema la UC.
¿Es partidario de que se legisle sobre el aborto?
Sí, yo soy partidario que se despenalice el aborto, pero hay que precisar algunas cosas.
¿Está de acuerdo con las tres causales?
Sí. En esos tres casos es tan difícil el costo y sacrificio que se le pone a la mujer que es una decisión que tiene que tomar en su ámbito. Es demasiado pretencioso pretender que el resto de la sociedad pueda decidir por ella, por lo tanto, hay que darle esa posibilidad, sino no hablemos de igualdad de derecho entre hombres y mujeres. Puede haber una eventual colisión de derechos, pero para eso hay una discusión política que lo verá.
¿Colisión de derechos con el ser no nato?
Claro, en qué momento le reconocemos derechos, es una larga discusión. La Constitución protege al que está por nacer, incluso hubo discusiones cuando se hizo la Constitución sobre si dar ese derecho desde el momento de la concepción y eso fue rechazado por la propia comisión Ortúzar para dar paso a que el proceso político tomara esa decisión. Es el proceso de deliberación que tiene que venir ahora.
¿Cómo debe operar el tema de la objeción de conciencia entonces en este caso?
La objeción de conciencia siempre es individual, por lo tanto, supongo que este proyecto lo introduce porque en estricto rigor es una despenalización y no obliga ninguna institución a practicar el aborto. Entiendo la objeción de conciencia que está en el proyecto como una protección para los médicos que trabajan en el sistema público. Toda esta discusión que se ha armado respecto a la UC es artificial, no ven que el proyecto no obliga a la universidad a practicarlo.
¿Eso no debería afectar las platas públicas?
No, porque reciben platas públicas por los bienes públicos que esas instituciones producen, no por otra razón.
«Los alcaldes no soltarán la educación municipal, van a pelear sus colegios»
Como ex ministro y experto en temas de educación, Beyer ahonda respecto de la reforma educacional, los proyectos aprobados y cómo quedan los distintos establecimientos con los cambios.
Una preocupación transversal tras la aprobación del fin al lucro, copago y selección es el futuro de los “emblemáticos”. ¿Ve alguna solución alternativa?
Espero que se reflexione sobre el error que se cometió y que de alguna forma se abra espacio de nuevo para restituir la posibilidad de que los liceos emblemáticos puedan seleccionar por mérito académico.
¿Más allá del 30% que quedó?
Es que ni siquiera quedó el 30%, esa es una mala interpretación de la ley. Lo que hay en la práctica son dos tómbolas. En el caso de los liceos emblemáticos el 30% se elige entre el 20% de mejores notas de cada establecimiento, y el otro 70% es de todos, pero ninguno de los esquemas utiliza las pruebas que aplica hoy el Instituto Nacional o cualquier liceo para seleccionar a sus estudiantes. Me parece que nos fuimos al peor de los mundos. En educación también debe haber espacio para reconocer el esfuerzo académico, la excelencia, la distinción.
¿Qué pasará con los colegios subvencionados? ¿Como quedó el proyecto lo que veremos es que la mayoría pasarán a ser gratuitos, pagados o algunos van a desaparecer?
Habrá de todo, la mayoría se convertirá en gratuito. Si uno mira lo que hoy reciben por financiamiento compartido y ve el financiamiento adicional puede estimar que el 85% va a quedar gratuito. Después yo estimo que del 3% al 4% de las matrículas van a ser particulares pagados y el resto va a quedar con financiamiento compartido hasta que los pille el alza de las subvenciones.
En los dos proyectos que vienen, educación pública y carrera docente, ¿es donde tiene que estar la apuesta por la calidad?
El de carrera docente es clave, el otro depende de cómo se organice. Los alcaldes no quieren dejar la educación municipal, el Gobierno cometió un error al estar alimentando la posibilidad de agregar fondos a la educación municipal, entonces los alcaldes no van a soltar la educación municipal, van a querer pelear sus colegios. No veo fácil ese proyecto.