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Envejecemos y no nos queda tiempo

Sandra Quijada J..

Envejecemos y no nos queda tiempo

En 2050, según las proyecciones del INE, más de un 30% de la población tendrá 60 y más años, duplicando a los menores de 14 años.

Chile, como el resto del mundo, está envejeciendo. La esperanza de vida en nuestro país hoy es de 81 años, 7 años más que en 1992 y 4 años menos que la proyección a 2050. Es una buena noticia, considerando los avances de la medicina y la salud pública, que han disminuido la mortalidad de la población sustancialmente. Eso sí, la tasa de fecundidad está por debajo de la tasa de reemplazo de la población, con solo 1,6 hijos por mujer. Esto parece no tener mejora, ya que, de acuerdo con el boletín de estadísticas vitales del INE de abril 2024, el número de nacimientos tuvo una caída interanual de 18,4%.

Esto indica, indudablemente, que nuestro país envejece. Y lo hace aceleradamente, al igual que otros países como Argentina y Uruguay. En 2050, según las proyecciones del INE, más de un 30% de la población tendrá 60 y más años, duplicando a los menores de 14 años. Particularmente, la región de Ñuble tendrá un 31,4% de adultos mayores en 2035, seguida de O’Higgins, Los Ríos y Maule, que tendrán un 28% de mayores de 60 años para la misma fecha. Es decir, 15 años antes de lo esperado a nivel nacional en 2050.

Y, mientras esto sucede, según la ENDIDE 2022 casi dos millones de personas mayores requieren cuidados especiales, asociados a niveles de dependencia y de dependencia severa.

En la última cuenta pública presidencial se anunció el programa “Chile Cuida: Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados”, comprometiendo un aumento de recursos para su funcionamiento. Este sistema, entre otros, considera el cuidado de los adultos mayores a través de los programas ya existentes del Servicio Nacional del Adulto Mayor, que parecen no ser suficientes. El “Informe Hablemos de Cuidados” del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y del Ministerio de la Mujer, da cuenta mayoritariamente, en voz de quienes cuidan a los adultos mayores, de necesidades concretas de uso del tiempo, de dificultades de transporte, de falta de especialistas e implementos de salud, particularmente en regiones.

Ejemplo de ello es que en 2022 había solo 162 geriatras a nivel nacional. Es decir, 1 geriatra cada 15.800 personas, cuando se requieren al menos 589 en base al estudio “Estimación de brechas de geriatras en Chile”. Este nos muestra que, además, estos profesionales concentran sus actividades en las regiones más pobladas del país: hasta 2022 cinco regiones no contaban con ningún geriatra (Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Ñuble, Aysén).

Es urgente que Chile Cuida se fortalezca y coordine rápidamente con otros organismos del Estado para, por ejemplo, generar un plan transversal para la disminución de las brechas de especialistas de la salud y habilitación de infraestructura en regiones, que requieren de varios años de preparación y son esenciales para quienes, en un futuro no muy lejano, seremos más del 30% de la población.