La Segunda
Opinión
Narcotráfico

Coronel

Aldo Mascareño.

Coronel

El acuerdo en Coronel es un logro. Pero este conflicto es una pieza particular en un entramado de alta complejidad que drena la sociabilidad de esta zona de Chile y la transforma en incertidumbre y desesperación.

El acuerdo para retomar actividades en el puerto de Coronel, en paro desde el 26 de marzo de 2024, no puede menos que celebrarse. El conflicto arrojó millonarias pérdidas para una región profundamente afectada, además, por problemas de violencia y orden público. Estas coordenadas motivan preguntas en relación con el entorno social de los puertos en Chile.

En una profunda investigación sobre el tráfico de drogas en el cono sur americano (Trends in Organized Crime 26, 2023), Carolina Sampó (Universidad de La Plata) y Valeska Troncoso (Universidad de Santiago de Chile) abordaron un tema del que poco se habla en nuestro país: la utilización de puertos para el tráfico de cocaína, específicamente el de San Antonio en Chile.

El narcotráfico emplea puertos “no tradicionales” (San Antonio, Montevideo, Buenos Aires) y diseña rutas complejas para ocultar el origen último de cargamentos de droga. Esta estrategia no levanta sospechas en Europa, Asia y Oceanía, por lo que la fiscalización de los containers provenientes de estos puertos es menor. Sin embargo, Chile ya es considerado por la ONU como uno de los principales exportadores de cocaína, junto a Brasil y Colombia. La investigación de Sampó y Troncoso revela que la droga exportada desde Chile entra por la frontera norte desde Bolivia y Perú; también lo hace por mar; y desde ahí se traslada por tierra hacia San Antonio para su reexportación. Uno podría preguntarse: ¿viaja también más al sur? ¿Hacia Coronel, por ejemplo?

El 26 de marzo de 2024, Carabineros arrestó en esta ciudad a una banda que traía cocaína por tierra desde Santiago para consumo regional. Unos meses antes había estallado un escándalo de corrupción entre la anterior administración de la empresa portuaria, actores sindicales y agentes públicos cuyas claves aún están bajo investigación. En 2023, distintos decomisos de droga y capturas de bandas criminales se habían llevado a cabo en la zona. En 2022, la encuesta CEP realizada entre Biobío y Chiloé mostró que el narcotráfico es un problema grave de la costa de Biobío; también que la población atribuye a bandas criminales buena parte de la violencia. No es casualidad que esta sea una zona de fuerte conflictividad de grupos como la CAM y otras organizaciones delictuales.

El acuerdo en Coronel es un logro. Pero este conflicto es una pieza particular en un entramado de alta complejidad que drena la sociabilidad de esta zona de Chile y la transforma en incertidumbre y desesperación. Una sensación similar debe dominar alrededor de los puertos de San Antonio, Valparaíso y Antofagasta. Se requiere más que una política empresarial de alcohol y drogas para enfrentar tal tipo de situaciones. Ante todo, urge aceptar que el problema es mayor de lo que hasta ahora hemos estado dispuestos a ver.