Harald Beyer analiza el escenario post primaria. Piensa que la candidatura de Goic es ilusa y que Guillier está atrapado entre dos élites. Y que no hay crisis ni malestar.
Por: Marcelo Soto
En abril de 2018 se cumplirán los cinco años que dejaron a Harald Beyer inhabilitado para ejercer cargos públicos, luego de ser destituido por el Senado cuando era ministro de Educación del gobierno de Piñera. La operación tuvo aspectos bochornosos; para muchos fue un ajuste de cuentas para vengar lo sucedido un lustro antes con Yasna Provoste, titular de la misma cartera en la primera administración de Bachelet.
Beyer, hoy director del CEP, dice que no se arrepiente de haber sido ministro, que la experiencia fue satisfactoria y que no quedó asqueado de la política, porque sabía a lo que se arriesgaba y cuando aceptó el cargo tenía en cuenta la posibilidad de una acusación constitucional en su contra. De todos modos, asegura, no aceptaría otro puesto en un gobierno. «Hay que dar paso a las nuevas generaciones», dice…